Lectura diaria de la Biblia

27 de Marzo 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

Papa Francisco: El anuncio del ángel a las mujeres resuena en la Iglesia esparcida por todo el mundo: Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí. Ha resucitado… Venid a ver el sitio donde lo pusieron (Mt 28, 5-6) Esta es la culminación del Evangelio, es la Buena Noticia por excelencia: Jesús, el crucificado, ha resucitado. Este acontecimiento es la base de nuestra fe y de nuestra esperanza: si Cristo no hubiera resucitado, el cristianismo perdería su valor; toda la misión de la Iglesia se quedaría sin brío, pues desde aquí ha comenzado y desde aquí reemprende siempre de nuevo. El mensaje que los cristianos llevan al mundo es este: Jesús, el amor encarnado, murió en la cruz por nuestros pecados, pero Dios Padre lo resucitó y lo ha constituido Señor de la vida y de la muerte. En Jesús, el amor ha vencido al odio, la misericordia al pecado, el bien al mal, la verdad a la mentira, la vida a la muerte. No nos dejemos robar el fundamento de nuestra esperanza, que es precisamente este: Christós anesti. No privemos al mundo del gozoso anuncio de la Resurrección.

VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA

Génesis 1, 1-2, 2: Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno.
Génesis 22, 1-18: El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.
Éxodo 14, 15-15, 1: Los israelitas pasaron el mar a pie enjuto.
Isaías 54, 5-14: Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor.
Is 55, 1-11: Venid a mí: sellaré con vosotros una alianza perpetua.
Baruc 3, 9-15.32-4, 4: Camina a la claridad del resplandor del Señor
Ezequiel 36, 16-28: Derramaré un agua pura, os daré un corazón nuevo.
Romanos 6, 3-11: Incorporados a Cristo por el bautismo, participamos de su muerte y resurrección.

Salmo 117, 1-2.16-17.22-23: Aleluya, Aleluya, Aleluya.

Lucas 24, 1-12: El primer día de la semana, de madrugada, las mujeres fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Encontraron corrida la piedra del sepulcro. Y entrando no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas por esto, se les presentaron dos hombres con vestidos refulgentes. Ellas, despavoridas, miraban al suelo, y ellos les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. HA RESUCITADO. Acordaos de lo que os dijo estando todavía en Galilea “El Hijos del hombre tiene que ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y al tercer día resucitar”. Recordaron sus palabras, volvieron del sepulcro y anunciaron todo esto a los once y a los demás. María Magdalena, Juana y María la de Santiago, y sus compañeras contaban esto a los apóstoles. Ellos lo tomaron por un delirio y no las creyeron. Pedro se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose vio solo las vendas por el suelo. Y se volvió admirándose de lo sucedido.

MISA DEL DÍA DE PASCUA

Hechos 10, 34a. 37-43: Pedro tomó la palabra y dijo: Vosotros conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero, pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de la resurrección.

Salmo 117, 1-2.16-17.22-23: Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

Colosenses 3, 1-4: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.

Juan 20, 1-9: El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro, se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

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