Lectura diaria de la Biblia

4 de Febrero 2014 – Martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre. 

Mundo: El jefe de la sinagoga no pertenecía al círculo de Cristo. Pero sabía que el Maestro ayuda a todo el que se acerca a él.

Fe: Hija, tu fe te ha curado, vete en paz y con salud.

Marcos 5, 22-24.27-30.33-38.40-43: Se acercó a Jesús un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva. Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos, y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús. Y acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente, preguntando: ¿Quién me ha tocado el manto? La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confeso todo. Él le dijo: Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud. Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: Tu hija se ha muerto. ¿Para que molestar más al maestro?. Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: No temas; basta que tengas fe. No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y entró donde estaba la niña, la tomó de la mano y le dijo: Talitha qumi (que significa: Contigo hablo, niña, levántate). La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

2ª de Samuel 18, 9-10.24-25a.30-19, 3. Salmo 85, 1-6

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