Lectura diaria de la Biblia
7 de septiembre 2008 – Domingo
Ez 33, 7-9: Así dice el Señor: A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabras de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: “Malvado, eres reo de muerte” y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado, para que cambie de conducta; el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Pero si tú pones en guardia al malvado, para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, el morirá por su culpa, pero tu has salvado la vida.
Sal 94, 1-2.6-9: Ojalá escuchéis hoy su voz: No endurezcáis vuestro corazón.
Rm 13, 8-10: A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás, y los demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: amarás a tu prójimo como a ti mismo. Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.
MATEO 18, 15–20: Dijo Jesús a sus discípulos: Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo. Os aseguro además que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir por algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.