Lectura diaria de la Biblia
20 de abril 2012 – Viernes
Mundo: Cristo tuvo compasión de los hambrientos, pero hoy se compadece más de los que carecen de fe y alegría. Siempre es tiempo de acercarse a él.
Fe: Éste si que es el profeta que tenía que venir al mundo.
Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberiades). Jesús levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: ¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?. Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo. Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?. Jesús dijo: Decid a la gente que se siente en el suelo. Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y lo repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie. Lo recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho decía: Éste si que es el profeta que tenía que venir al mundo. Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Hch 5, 34-42; Sal 26, 1- 4.13-14 . Juan 6, 1.5-15