Lectura diaria de la Biblia
12 de enero 2012 – Jueves
Mundo: Nadie hay tan sucio y tan enfermo que no pueda encontrar en Cristo la limpieza y la salud: acudían a él de todas partes.
Fe: Si quieres, puedes limpiarme.
Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: Si quieres, puedes limpiarme. Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo: Quiero: queda limpio. La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés. Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedó fuera, en descampado; y aún así acudían a él de todas partes.
1S 4, 1-11: Sal 43, 10-15.24-25 . Marcos 1, 40-45