Lectura diaria de la Biblia
16 de Noviembre 2011 – Miércoles
Mundo: No queremos que él sea nuestro rey: pero Dios quiere que todos los hombres alcancen la felicidad en su reino, y tiene paciencia.
Fe: Negociad mientras vuelvo: los dones recibidos de Dios son para el bien de los demás.
Dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén, y se pensaba que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro. Dijo, pues: Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después, llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: “Negociad mientras vuelvo”. Sus conciudadanos, que lo aborrecían, enviaron tras él una embajada para informar: “No queremos que él sea nuestro rey”. Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterase de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: “Señor, tu onza ha producido diez”. Él le contestó: “Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en la minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades”. El segundo llegó y dijo: “Tu onza, señor, ha producido cinco”. A este le dijo también: “Pues toma tú el mando de cinco ciudades”. El otro llegó y dijo: “Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras”. Él le contestó: “Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”. Entonces dijo a los presentes: “Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez”. Le replicaron: “Señor, si ya tiene diez onzas”. Os digo: “Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene”. “Y a esos enemigos míos, que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia”. Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.
2M 7, 1.20-31; Sal 16, 1.5-8.15 . Lucas 19, 11-28