Lectura diaria de la Biblia

30 de Octubre 2011 – Domingo

Mundo: Todo lo que hacen es para que los vea la gente, cuando la única opinión válida es la de Dios.

Fe: El primero entre vosotros será vuestro servidor.

Ml 1, 14b-2, 2b.8-10: Yo soy el Rey soberano, dice el Señor de los ejércitos; mi nombre es temido entre las naciones. Y ahora os toca a vosotros, sacerdotes: Si no obedecéis y no os proponéis dar la gloria a mi nombre –dice el Señor de los ejércitos- os enviaré mi maldición. Os apartasteis del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis invalidado mi alianza con Leví –dice el Señor de los ejércitos. Pues yo os haré despreciables y viles ante el pueblo, por no haber guardado mis caminos y porque os fijáis en las personas al aplicar la ley. ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos creó el mismo Señor? ¿Por qué pues, el hombre despoja a su prójimo profanando la alianza de nuestros padres?
 

Sal 130, 1-3: Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

1Ts 2, 7b-9.13: Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no solo el evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor. Recordad, si no, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie proclamamos entre vosotros el evangelio de Dios. También, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes.   

                                            

Mateo 23, 1-12: Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros; pero no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que lo vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan la franja del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro padre, el del cielo. No os dejéis llamar jefes, porque uno solo es vuestro Señor, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Los comentarios están cerrados