Lectura diaria de la Biblia
30 de diciembre 2010 –Jueves
Mundo: Algunos prefieren disimular: Que tu palabra y tus aptitudes no te comprometan como creyente, hay que contemporizar.
Fe: Lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea.
Había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
1Jn 2, 12-17; Sal 95, 7-10 . Lucas 2, 36-40