Archivo de diciembre de 2020

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 11 de diciembre de 2020

11 de diciembre 2020 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La vida, la capacidad de dar vida y salvación, vienen solamente de Señor y no del hombre. Muchas veces en la Escritura se habla de la mujer estéril, de la incapacidad de concebir y dar vida. El milagro del Señor hace que estas mujeres estériles puedan tener un hijo. Sucedió a la mujer de nuestro padre Abrahán. Y el Evangelio dice lo que sucedió a Isabel. El Señor interviene en la vida de estas mujeres para decirnos: Yo soy capaz de dar vida (19-12-2013).

Dijo Jesús al gentío: ¿A quién compararé esta generación? Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras.

Isaías 48, 17-19; Salmo 1, 1-6 . Mateo 11, 16-19

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jueves, 10 de diciembre de 2020

10 de diciembre 2020 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La gente se preguntaba si Juan no era el Mesías. Y él, con claridad: “Yo no soy”. –“¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?” “Yo no soy. Viene otro, que os bautizará”. El testimonio de Juan es seguro, fuerte; su ser, una llama que no se dejó apagar por el viento de la vanidad, y su voz no se dejó disminuir por la fuerza del orgullo. Juan es siempre alguien que indica a otro y abre la puerta a otro testimonio, el del Padre. Juan es grande, porque siempre se pone a un lado. Es grande porque es humilde y elige abajarse, anonadarse, el mismo camino que luego seguirá Jesús. Da un gran testimonio: abre el camino del abajarse, de vaciarse de sí mismo (16-12-16).

Jesús dijo al gentío: “En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Los Profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos que oiga.

Isaías 41, 13-20; Salmo 144, 1bc.9-13ab . Mateo 11, 11-15

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miércoles, 9 de diciembre de 2020

9 de diciembre 2020 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La palabra de la Iglesia de hoy es “valentía”. Una palabra repetida por el profeta Isaías: “¡Ánimo, no temáis! Mirad que vuestro Dios vendrá y os salvará”. Ánimo, él te consolará. Fíate de él: dejarse consolar por el Señor. Para eso, hay que despojarse de nuestro egoísmo, de la amargura, de los lamentos. ¿Cómo está mi corazón? ¿Tengo alguna amargura ahí? ¿Tengo alguna tristeza? ¿Cómo es mi lenguaje? ¿Es de alabanza a Dios, de belleza o siempre de lamentos? Y pedir al Señor la gracia de la valentía, porque en la valentía viene Él a consolarnos (11-12-2017).

Jesús tomó la palabra y dijo: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.

Isaías 40, 25-31; Salmo 102, 1bc-4.8.10 . Mateo 11, 28-30

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martes, 8 de diciembre de 2020

8 de diciembre 2020 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

Papa Francisco: Hoy contemplamos la belleza de María inmaculada. El Evangelio de la Anunciación nos ayuda a comprender lo que celebramos: el ángel se dirige a María con una palabra que no es fácil de traducir, que significa “colmada de gracia”, “creada por la gracia”, “llena de gracia”. María está llena de la presencia de Dios. Y si está completamente habitada por Dios, no hay lugar en Ella para el pecado. Ella es el único “oasis siempre verde” de la humanidad, la única incontaminada, creada inmaculada para coger plenamente, con su “sí” a Dios que venía al mundo y comenzar así una historia nueva (8-12-2017).

Génesis 3, 9-15.20: Después de comer Adán del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo: “¿Dónde estás”. Él contestó: “Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí”. El Señor Dios le replicó: “¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?”. Adán respondió: “La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí”. El Señor Dios dijo a la mujer: “¿Qué has hecho?”. La mujer respondió: “La serpiente me sedujo y comí”. El Señor Dios dijo a la serpiente: “Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón”. Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Salmo 97, 1-4: Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Efesios 1, 3-6.11-12: Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos. Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor. Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en el Amado. En él hemos heredado también, los que ya estábamos destinados por decisión del que lo hace todo según su voluntad, para que seamos alabanza de su gloria quienes antes esperábamos en el Mesías.

Lucas 1, 26-38: El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David: el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. Y María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?”. El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”. María contestó: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel se retiró.

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lunes, 7 de diciembre de 2020

7 de diciembre 2020 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El Evangelio describe el poder de la misericordia divina que perdona y cancela todo pecado cuando encuentra una fe autentica. Las parálisis de las conciencias son contagiosas. Pero el mandato de Cristo puede dar un vuelco a la situación: “¡Levántate y echa a andar!”. Sigamos siempre adelante, buscando al Señor, buscando nuevos caminos para cercarnos al Señor. Y si es necesario abrir un agujero en el techo, que nuestra imaginación creativa de la caridad nos conduzca a esto: a encontrar y abrir caminos de encuentro, de fraternidad, de paz (9-12-2013).

Un día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones. En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo: “Hombre, tus pecados están perdonados”. Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos: ¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?”. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: ¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados -dijo al paralítico-: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”. Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios. El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.

Isaías 35, 1-10; Salmo 84, 9-14 . Lucas 5, 17-26

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lunes, 7 de diciembre de 2020

7 de diciembre 2020 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El Evangelio describe el poder de la misericordia divina que perdona y cancela todo pecado cuando encuentra una fe autentica. Las parálisis de las conciencias son contagiosas. Pero el mandato de Cristo puede dar un vuelco a la situación: “¡Levántate y echa a andar!”. Sigamos siempre adelante, buscando al Señor, buscando nuevos caminos para cercarnos al Señor. Y si es necesario abrir un agujero en el techo, que nuestra imaginación creativa de la caridad nos conduzca a esto: a encontrar y abrir caminos de encuentro, de fraternidad, de paz (9-12-2013).

Un día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones. En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo: “Hombre, tus pecados están perdonados”. Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos: ¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?”. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: ¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados -dijo al paralítico-: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”. Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios. El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.

Isaías 35, 1-10; Salmo 84, 9-14 . Lucas 5, 17-26

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domingo, 6 de diciembre de 2020

6 de diciembre 2020 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Hoy, segundo domingo de Adviento, la liturgia nos indica los contenidos propios: es un tiempo para reconocer los vacíos que colmar en nuestra vida, para allanar las asperezas del orgullo y dejar espacio a Jesús que viene. El profeta Isaías, primera lectura, se dirige al pueblo anunciando el final del exilio en Babilonia y el regreso a Jerusalén. Él profetiza: “Una voz clama: “En el desierto preparadle un camino al Señor. (…). Que lo valles se levanten” (40, 3). Los valles para elevar representan todos los vacíos de nuestro comportamiento ante Dios, todos nuestros pecador de omisión. Un vacío en nuestra vida puede ser el hecho de que no rezamos o rezamos poco. El Adviento es momento favorable para rezar con más intensidad, para reservar a la vida espiritual el puesto importante que le corresponde. Otro vacío podría ser la falta de caridad hacia el prójimo, sobre todo, hacia las personas más necesitadas de ayuda no solo material, sino también espiritual. Estamos llamados a prestar más atención a las necesidades de los otros. Como Juan Bautista, podemos abrir caminos de esperanza en el desierto de los corazones áridos de tantas personas. “Que los montes y colinas se abajen”, exhorta aún Isaías. Los montes y colinas son el orgullo, la soberbia, la prepotencia. Donde hay orgullo, prepotencia, soberbia no puede entrar el Señor porque ese corazón está lleno. Hemos de asumir actitudes de mansedumbre y humildad, sin gritar, escuchar, hablar con mansedumbre y así preparar la venida de nuestro Salvador, que es manso y humilde de corazón. Hemos de eliminar los obstáculos que ponemos a nuestra unión con el Señor: “¡Que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale! Se revelará la gloria del señor y la verán todos juntos”. Estas acciones se hacen con alegría, porque están encaminadas a la preparación de la llegada de Jesús. Esperarlo cada día con diligencia, para ser colmados de su gracia cuando venga. El Salvador que esperamos es capaz de transformar nuestra vida con su gracia, con la fuerza del Espíritu Santo, con la fuerza del amor (10-12-2017).

Isaías 40, 1-5.9-11: “Consolad, consolad a mi pueblo -dice vuestro Dios-; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados”. Una voz grita: En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que los montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos juntos –ha hablado la boca del Señor-. Súbete a lo alto del monte, heraldo de Sión, alza con fuerza la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: aquí está vuestro Dios. Mirad, Dios, el Señor, llega con poder y con su brazo manda. Mirad, viene con el su salario y su recompensa lo precede. Como un pastor apacienta el rebaño, reúne con su brazo los corderos y los lleva sobre el pecho; cuida el mismo a las ovejas que crían”.

Salmo 84, 9-14: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

2Pedro 3, 8-14: No olvidéis una cosa, queridos míos, que para el Señor un día es como mil años y mil años, como un día. El Señor no retrasa su promesa, como piensan algunos, sino que tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda, sino que todos accedan a la conversión. El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán estrepitosamente, los elementos se disolverán abrasados y la tierra con cuantas obras hay el ella quedará al descubierto. Puesto que todas estas cosas van a disolverse de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser nuestra conducta, mientras esperáis y apresuráis la llegada del día de Dios! Ese día los cielos se disolverán incendiados y los elementos se derretirán abrasados. Pero nosotros, según su promesa, esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva, en los que habite la justicia. Por eso, queridos míos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, intachables e irreprochables.

Marcos 1, 1-8: Comienza del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en el Profeta Isaías: Yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino; voz que grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”; se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Acudía a él toda la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. Él los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus pecados. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: “Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo, y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo”.

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sábado, 5 de diciembre de 2020

5 de diciembre 2020 – sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En Adviento no vivimos solo la expectativa de la Navidad, sino que estamos invitados a despertar la espera del glorioso regreso de Cristo, preparándonos para el encuentro final con Él con elecciones coherentes y valientes. En estas cuatro semanas estamos llamados a dejar atrás un estilo de vida resignado y rutinario, alimentando esperanzas y sueños para un futuro nuevo (2-12-2018).

Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia. Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, “como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies”. Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis.

Isaías 30, 19-21.23-26; Salmo 146, 1bc-6 . Mateo 9, 35-10, 1.6-8

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viernes, 4 de diciembre de 2020

4 de diciembre 2020 – viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En este tiempo de Adviento estamos llamados a ensanchar los horizontes de nuestro corazón, a dejarnos sorprender por la vida que se presenta cada día con sus novedades. Aprendamos a no depender de nuestras seguridades, porque el Señor viene en la hora en la que no nos imaginamos. Viene para introducirnos en una dimensión más hermosa y más grande. Nuestra Señora, la Virgen del Adviento, nos ayude a no considerarnos propietarios de nuestra vida, a no hacer resistencia cuando el Señor viene para cambiarla, pero a estar listos para dejarnos visitar por Él, huésped esperado y grato, aunque desarticule nuestros planes (27-11-2016).

Dos ciegos seguían a Jesús, gritando: “Ten compasión de nosotros, Hijo de David”. Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo: “¿Creéis que puedo hacerlo?”. Contestaron: “Sí, Señor”. Entonces les tocó los ojos, diciendo: “Que os suceda conforme a vuestra fe”. Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente: “¡Cuidado con que lo sepa alguien!”. Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.

Isaías 29, 17-24; Salmo 26, 1bcde.4.13-14 . Mateo 9, 27-31

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jueves, 3 de diciembre de 2020

3 de diciembre 2020 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Hablar es un modo de creer, pero muy superficial, a mitad de camino: yo digo que soy cristiano, pero no hago lo que hace un cristiano. Es como, “maquillarse” de cristiano: hablar sin obras. Cuando alguien se acercaba y pedía un consejo, siempre eran cosas concretas. Las obras de misericordia son concretas. El Señor es la roca. Lo concreto de la vida cristiana nos hace ir adelante y construir sobre esa roca que es Dios, que es Jesús; sobre lo sólido de la divinidad. No sobre las apariencias y sobre la vanidad, el orgullo, las recomendaciones. En este periodo de Adviento nos ayudarán algunas preguntas cruciales. ¿Soy cristiano del decir o del hacer? ¿Construyo mi vida sobre la roca de Dios o sobre la arena de la mundanidad, de la vanidad? ¿Soy humilde, trato de ir siempre por lo bajo, sin orgullo, y así servir al Señor? (6-12-2018.

Dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande.

Isaías 26, 1-6; Salmo 117, 1.8-9.19-21.25-27a . Mateo 7, 21.24-27