Archivo de junio de 2020

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 4 de junio de 2020

4 de junio 2020 – jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

FIESTA DE JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE

Papa Francisco: Jesús es el único y Sumo sacerdote del Nuevo Testamento, pero en Él también todo el pueblo santo de Dios ha sido constituido pueblo sacerdotal. Sin embargo, el Señor Jesús quiso escoger a algunos en particular, para que, ejercitando públicamente en la Iglesia y en su nombre, el oficio sacerdotal a favor de todos los hombres, continúen su misión personal de maestro, sacerdote y pastor y unir a los fieles en una sola familia, para conducirlos a Dios Padre, por medio de Cristo en el Espíritu Santo. Tener siempre ante los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que no vino para ser servido sino para servir, y para buscar y salvar lo que estaba perdido (11-5-2014).

Jesús fue con sus discípulos a un huerto, llamado Getsemaní, y les dijo: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú. Y volvió a los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro: ¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil. De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo: Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.

Génesis 22, 9-18; Salmo 39, 7-11.17 . Mateo 26, 36-42

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 3 de junio de 2020

3 de junio 2020 – miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Pero, Padre, ¿por qué meterse en tantos problemas? Hagamos las cosas como las hemos hecho siempre, que estamos más seguros… Hacer las cosas como se han hecho siempre es una alternativa “de muerte”. Hay que correr el riesgo, con la oración, también con la humildad, de aceptar lo que el Espíritu Santo nos pide cambiar. Este es el camino. Hay que pedir la gracia de no tener miedo cuando el Espíritu, con seguridad, me pide dar un paso adelante, tener la valentía apostólica de llevar vida y no hacer de nuestra vida cristina un museo de recuerdos (3-5-2015).

Se acercan a Jesús unos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y le preguntan: Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, que se case con la viuda y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último, murió la mujer. Cuando llegue la resurrección y resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella. Jesús les respondió: ¿No estáis equivocados, por no entender la escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán, ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.

2Timoteo 1.1-3.6-12; Salmo 122, 1b-2cdefg . Marcos 12, 18-27

Lectura diaria de la Biblia

martes, 2 de junio de 2020

2 de junio 2020 – martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El hipócrita siempre es un adulador. Jesús, conociendo su hipocresía, dice claramente: “¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea”. A los hipócritas Jesús siempre les responde con la realidad: dad al Cesar lo que es del Cesar –porque la realidad es que el denario tenía grabada la imagen del Cesar- y a Dios lo que es de Dios”. El hipócrita es capaz de destruir una comunidad. Está hablando dulcemente, y al mismo tiempo está juzgando brutalmente a una persona. El hipócrita es un asesino. Su lenguaje es el mismo lenguaje del diablo que propaga esa lengua bífida en la comunidad para destruirla (6-6-2017).

Enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le dijeron: Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuestos al Cesar o no? ¿Pagamos o no pagamos?. Adivinando su hipocresía, les replicó: ¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea. Se lo trajeron. Y Él les preguntó: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción?. Le contestaron: Del Cesar. Jesús les replicó: Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Se quedaron admirados.

2Pedro 3, 12-15a.17-18; Salmo 89, 2-4.10.14.16 . Marcos 12, 13-17

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 1 de junio de 2020

1 de junio 2020 – lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En los Evangelios cada vez que se habla de María se habla de la “Madre de Jesús”. Aunque en la Anunciación no se dice la palabra “madre”, el contexto es de maternidad: la Madre de Jesús, esta actitud de madre acompaña su obra durante toda la vida de Jesús: Es Madre. Al final, Jesús la da como madre a los suyos, en la persona de Juan: “Yo me voy, pero esta es vuestra Madre”. Las palabras de la Virgen son palabras de madre. Todas: desde las del principio, de disponibilidad a la voluntad de Dios y de alabanza a Dios en el Magnificat, todas las palabras de la Virgen son palabras de madre. Antes, en Nazaret, lo hace crecer, lo cría, lo educa, pero después lo sigue: “He ahí a tu Madre”. Desde el momento de la Anunciación hasta el final, ella es Madre. No se dice “la señora” o “la viuda de José” sino que siempre María “es Madre”. Los padres de la Iglesia han entendido bien esto: la maternidad de María no termina el ella; va más allá. Dicen que María es Madre, la Iglesia es madre y tu alma es madre: hay femenino en la Iglesia, que es maternal. La Iglesia es femenina porque es “iglesia”, “esposa”: es femenina y es madre, da a luz. Los Padres de la Iglesia van más allá y dicen: “También tu alma es esposa de Cristo y madre”. Lo importante es que la Iglesia sea mujer, que tenga esta actitud de esposa y madre. Cuando olvidamos esto, es una Iglesia masculina sin esta dimensión, y tristemente se convierte en una Iglesia de solterones, que viven en este aislamiento, incapaces de amor, incapaces de fecundidad. Curioso es el leguaje de María en los Evangelios: cuando habla al Hijo es para decirle cosas que los demás necesitan; y cuando habla a los demás, es para decirles: “Haced todo lo que Él os diga” (21-5-2018).

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego, dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura dijo: Tengo sed. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: Está cumplido. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquél sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

Zacarías 2, 10-13; Salmo 1, 13.23-25 . Juan 19, 25-27