Archivo de diciembre de 2016

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 11 de diciembre de 2016

11 de Diciembre 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: No sabemos cómo fueron los últimos días de Juan: se sabe sólo que fue asesinado y que su cabeza acabó en una bandeja como gran regalo de una bailarina a una adúltera. Creo que no se puede descender más, rebajarse. Sin embargo, sabemos lo que sucedió antes, durante el tiempo que pasó en la cárcel: conocemos las dudas, la angustia que tenía; hasta el punto de llamar a sus discípulos y mandarles a que hicieran la pregunta a la Palabra: ¿Eres tú o debemos esperar a otro? Porque no se le ahorró ni siquiera la oscuridad, el dolor en su vida. El modelo que nos ofrece hoy Juan es el de una Iglesia siempre al servicio de la palabra; una Iglesia-voz que indica la Palabra, hasta el martirio.

Isaías 35, 1-6a.10: El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, decid a los cobardes de corazón: sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará, y volverán los rescatados del Señor. Vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua, siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.

Salmo 145, 7-10: Ven, Señor, a salvarnos.

Santiago 5, 7-10: Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.

Mateo 11, 2-11: Juan, que había oído en la cárcel las obras de Cristo, le mandó a preguntar por medio de dos de sus discípulos: ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?. Jesús les respondió: Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la buena noticia. ¡Y dichoso el que no se sienta defraudado por mí!. Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: ¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis, a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta: él es de quien está escrito: Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino ante ti. Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista, aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.

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sábado, 10 de diciembre de 2016

10 de Diciembre 2016 – Sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Los fariseos y los doctores miran la fuerza de Juan, reconociendo en él a un hombre recto. Por ello fueron a preguntarle ¿Pero eres tú el Mesías? Para Juan fue el momento de la tentación y de la vanidad. Hubiese podido responder: No puedo hablar de esto…, terminando por dejar la pregunta en el aire. O podía decir: No lo sé… con falsa humildad. Juan fue claro y afirmó: No, yo no soy. Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no soy digno de agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Así no cayó en la tentación de robar el título, no se adueñó del oficio. Dijo claramente: Yo soy una voz, sólo eso. La palabra viene después. Yo soy una voz.

Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: ¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías? Él les contestó: Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos. Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan, el Bautista.

Eclesiástico 48, 1-4.9-11; Salmo 79, 2.3.15-19 . Mateo 17, 10-13

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viernes, 9 de diciembre de 2016

9 de Diciembre 2016 – Viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Cristo habla siempre bien de los niños. Esta es la única vez que no habla tan bien de ellos. Se trata de una imagen de niños algo especiales: maleducados, descontentos, nada les gusta. Imagen para describir a los jefes de su pueblo, gente que no estaba abierta a la palabra de Dios. Aceptar la verdad de la revelación y no al predicador muestra una mentalidad fruto de una vida encerrada en preceptos, compromisos, proyectos revolucionarios y espiritualidad sin carne. Son los cristianos que no bailan cuando el predicador te da una hermosa y alegre noticia, y no lloran cuando el predicador les da una noticia triste, esos cristianos que están encerrados, prisioneros, que no son libres. Tienen miedo a la libertad del Espíritu Santo, que viene a través de la predicación.

Dijo Jesús a la gente: ¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado”. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.

Isaías 48, 17-19; Salmo 1, 1-6 . Mateo 11, 16-19

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miércoles, 7 de diciembre de 2016

8 de Diciembre 2016 – Jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN

Papa Francisco: En vista de su maternidad, María fue preservada del pecado. También nosotros, desde siempre, hemos sido elegidos por Dios para vivir una vida santa, libre del pecado. En esta fiesta, contemplando a nuestra Madre Inmaculada, bella, reconozcamos también nuestro destino verdadero, nuestra vocación más profunda: ser amados, ser transformados por el amor, ser transformados por la belleza de Dios. Mirémosla a ella, nuestra Madre, y dejémonos mirar por ella, para coger el tierno abrazo de su Hijo Jesús, un abrazo que nos da vida, esperanza y paz.

El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?. El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios no hay nada imposible. María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel.

Génesis 3, 9-15.20; Salmo 97, 1-4; Efesios 1, 3-6.11-12 . Lucas 1, 26-38

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miércoles, 7 de diciembre de 2016

7 de Diciembre 2016 – Miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Jesús nos invita: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera (11, 28-30). La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.

Exclamó Jesús: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Isaías 40, 25-31; Salmo 102, 1-4.8.10; Mateo 11, 28-30

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martes, 6 de diciembre de 2016

6 de diciembre 2016 – Martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La contrición es el pórtico del arrepentimiento, es esa senda privilegiada que lleva al corazón de Dios, que nos acoge y nos ofrece otra oportunidad, siempre que nos abramos a la verdad de la penitencia y nos dejemos transformar por su misericordia. De ella nos habla la Escritura Santa cuando refiere la actitud del Buen Pastor, que deja las noventa y nueve ovejas que no requieren de sus cuidados y sale a buscar a la que anda errante y perdida.

Dijo Jesús a sus discípulos: ¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.

Isaías 40, 1-11; Salmo 95, 1-3.10-14 . Mateo 18, 12

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lunes, 5 de diciembre de 2016

5 de Diciembre 2016 – Lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El Evangelio (Lc 5, 17-26) nos presenta a Cristo que vence la parálisis de la humanidad. Describe el poder de la misericordia divina que perdona y cancela todo pecado cuando encuentra una fe auténtica. Las parálisis de las conciencias son contagiosas. Con la complicidad de las pobrezas de la historia, y de nuestro pecado, pueden extenderse y entrar en las estructuras sociales y en las comunidades, hasta asediar a pueblos enteros. Pero el mandato de Cristo puede dar un vuelco a la situación: ¡Levántate, camina!. Sigamos siempre adelante, buscando al Señor, buscando nuevos caminos, nuevas sendas para acercarnos al Señor. Y si fuese necesario abrir un agujero en el techo para acercarnos todos al Señor, que nuestra imaginación creativa de la caridad nos conduzca a esto: a encontrar y abrir caminos de encuentro, sendas de fraternidad, sendas de paz.

Un día estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor los impulsaba a curar. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de introducirlo para colocarlo delante de Jesús. No encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea y, separando las tejas, lo descolgaron con la camilla hasta el centro, delante de Jesús. Él, viendo la fe que tenían, dijo: Hombre, tus pecados están perdonados. Los escribas y los fariseos se pusieron a pensar: ¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios?. Pero Jesús, leyendo sus pensamientos, les replicó: ¿Qué pensáis en vuestro interior? ¿Qué es más fácil: decir “tus pecados quedan perdonados”, o decir “levántate y anda”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados -dijo al paralítico-: A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa. Él, levantándose al punto, a la vista de ellos, tomó la camilla donde estaba tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios. Todos quedaron asombrados, y daban gloria a Dios, diciendo llenos de temor: Hoy hemos visto cosas admirables.

Isaías 35, 1-10; Salmo 84, 9-14 . Lucas 5, 17-26

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domingo, 4 de diciembre de 2016

4 de Diciembre 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: ¿Qué hizo Juan? Ante todo anunció al Señor. Anunció que estaba cerca el Salvador, el Señor; que estaba cerca el reino de Dios. Un anuncio que él había realizado con fuerza: Bautizaba y exhortaba a todos a convertirse. Juan era un hombre fuerte y anunciaba a Jesucristo: fue el profeta más cercano a Jesucristo. Tan cercano que precisamente él lo indicó a los demás. Cuando vio a Jesús exclamó: ¡Es aquel!. Juan tenía mucha autoridad moral, mucha. Toda la gente iba a él. El evangelio dice que los escribas se acercaban para preguntarle; “¿Qué debemos hacer?”. Lo mismo hacia el pueblo y los soldados. “¡Convertíos!” era la respuesta de Juan, y no “estaféis”. Invita a un examen de conciencia acerca de nuestro discipulado: ¿Anunciamos a Jesucristo? ¿Progresamos o no progresamos en nuestra condición de cristianos como si fuese un privilegio? ¿Vamos por el camino de Jesucristo, el camino de la humillación, de la humildad, del abajamiento para el servicio?

Isaías 11, 1-10: Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de ciencia y discernimiento, espíritu de consejo y valor, espíritu de piedad y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencia, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al desamparado, con equidad dará sentencia al pobre. Herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al impío. Será la justicia ceñidor de sus lomos; la fidelidad, ceñidor de su cintura. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea, la vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo: porque está lleno el país de la ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.

Salmo 71, 1-2.7-8.12-13.17: Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.

Romanos 15, 4-9: Todas las antiguas escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo os conceda estar de acuerdo entre vosotros, como es propio entre cristianos, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. En una palabra, acogeos mutuamente como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas, y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la escritura: Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre.

Mateo 3, 1-12: Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos. Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: Raza de víboras, ¿Quién os ha enseñado a escapar de la ira inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no hagáis ilusiones pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: Aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.

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sábado, 3 de diciembre de 2016

3 de Diciembre 2016 – Sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Debemos tener el corazón de Jesús, quien al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas como ovejas que no tienen pastor (Mt 9, 36). Al ver a las muchedumbres, sintió compasión. A mí me gusta soñar una Iglesia que viva la compasión de Jesús. Compasión es padecer con, sentir lo que sienten los demás, acompañar en los sentimientos. Es la Iglesia madre, como una madre que acaricia a sus hijos con la compasión. Una Iglesia que tenga un corazón sin confines, la mirada, la dulzura de la mirada de Jesús. Las personas esperan encontrar en nosotros la mirada de Jesús, a veces sin ni siquiera saberlo, esa mirada serena, feliz, que entra en el corazón. Pero debe ser toda la parroquia quien sea una comunidad acogedora, no sólo los sacerdotes y los catequistas. ¡Toda la parroquia! Acoger…

Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies. Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. A estos doce los envió con estas instrucciones: Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.

Isaías 30, 19-21.23-26; Salmo 146, 1-6 . Mateo 9, 35-10, 1.6-8

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viernes, 2 de diciembre de 2016

2 de Diciembre 2016 – Viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Hay una palabra contenida en el pasaje del Evangelio que nos hace pensar: el grito. Los ciegos, que seguían al Señor, gritaban para ser curados. También el ciego a la entrada de Jericó gritaba y los amigos del Señor querían hacerle callar. Pero ese hombre pidió una gracia al Señor y la pidió gritando, como diciendo a Jesús: ¡Hazlo! ¡Yo tengo derecho a que tú hagas esto! El grito es aquí un signo de la oración. Así, Jesús nos enseña a rezar. Nosotros, habitualmente presentamos al Señor nuestra petición una, dos o tres veces, pero no con mucha fuerza: y luego me canso de pedirlo y me olvido de pedirlo. Los ciegos de los que habla Mateo gritaban y no se cansaban de gritar. Jesús nos dice: ¡pedid! Pero también nos dice: ¡llamad a la puerta! Y quien llama a la puerta hace ruido, incomoda, molesta. Precisamente estas son las palabras que Jesús usa para decirnos como debemos rezar. Los ciegos se sienten seguros de pedir al Señor la salud, de tal manera que el Señor pregunta: ¿Creéis que yo puedo hacer esto? Sí, Señor. ¡Creemos! ¡Estamos seguros!

Dos ciegos seguían a Jesús, gritando: Ten compasión de nosotros, Hijo de David. Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacerlo?. Contestaron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Que os suceda conforme a vuestra fe. Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente: ¡Cuidado con que lo sepa alguien!. Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.

Isaías 29, 17-24; Salmo 26, 1.4.13-14 . Mateo 9, 27-31