17 de Julio 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.
Papa Francisco: Marta y María: María, a los pies de Jesús, escuchaba su palabra, mientras que Marta estaba ocupada en muchos servicios (cf. Lc 10, 39-40). Ambas ofrecen acogida al Señor que está de paso, pero lo hacen de modo diverso. María se pone a los pies de Jesús, en escucha; Marta en cambio se deja absorber por las cosas que hay que preparar, y está tan ocupada que se dirige a Jesús diciendo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano (V.40). Y Jesús le responde reprendiéndola con dulzura: Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; sólo una es necesaria. No se trata de la contraposición entre dos actitudes. La escucha de la Palabra del Señor, la contemplación, y el servicio concreto al prójimo. Son dos aspectos, ambos esenciales para nuestra vida cristiana; aspectos que nunca se han de separar, sino vivir en profunda unidad y armonía. ¿Por qué Marta recibe la represión, si bien hecha con dulzura? Porque consideró esencial sólo lo que estaba haciendo, es decir, estaba demasiado absorbida y preocupada por las cosas que había que hacer. En un cristiano, las obras de servicio y de caridad nunca están separadas de la fuente principal de cada acción nuestra: es decir, la escucha de la Palabra del Señor, el estar a los pies de Jesús, con la actitud del discípulo.
Génesis 18, 1-10a: El Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porque hacía calor. Alzó la vista y vio tres hombres en pie frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo: Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un pedazo de pan para que cobréis fuerza antes de seguir, ya que habéis pasado junto a vuestro siervo. Contestaron: Bien, haz lo que dices. Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo: Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una hogaza. Él corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase enseguida. Tomó también cuajada, leche, y el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron. Después le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer?. Contestó: Aquí, en la tienda. Añadió uno: Cuando vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.
Salmo 14, 2-5: Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
Colosenses 1, 24-28: Me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia. Dios me ha nombrado ministro de la Iglesia, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros su mensaje completo: El misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a su pueblo santo. Dios ha querido dar a conocer a los suyos la gloria y riqueza que este misterio encierra para los gentiles: es decir, que Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a este Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida de Cristo.
Lucas 10, 38-42: Entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano. Pero el Señor le contestó: Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas: sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.