(Pinceladas para el cambio “De aquí se sale”)
Gracias amigo, por compartir en cierto modo mi opinión.
He dado unas pinceladas de que hay solución desde mi punto de vista, pero siempre que una gran mayoría esté en sintonía sobre los cambios profundos que hay que acometer.
Por supuesto que los derechos adquiridos por la clase trabajadora en un montón de años de lucha, no se puede perder en un momento; pero sí se puede, temporalmente, 2-3 años, ser un poco más flexible haciendo una profunda reforma laboral, aceptando entre otras cosas, por ejemplo, que los jóvenes trabajen por un salario más bajo; al fin y al cabo entran de aprendices en cualquier trabajo. No olvides, amigo, que el sacrificio extraordinario a que me refiero sería temporal, como puede ser trabajar media hora diaria, todo el país, para el Estado. Si no bajamos el déficit, fruto de la deuda, los intereses nos comen. Y si no damos imagen de responsabilidad y solvencia, dejarán de prestarnos dinero y si lo hacen será a un interés muy alto. La otra espada de Damocles es la Comunidad Europea. Este panorama sombrío, nos obliga a ser generosos cuando el Gobierno nos pida un esfuerzo. Tristemente vemos que hay colectivos a los que se les pide que trabajen dos horas más en semana y ponen el grito en el cielo. Estamos acostumbrados a reaccionar así; siempre hemos dicho cuando nos han pedido un poquito de esfuerzo, “Que lo hagan los demás, a mí que me dejen tranquilo” Esta vez me temo que no va a poder ser así, que tendremos que sufrir las consecuencias de la crisis queramos o no; con una particularidad, si nos negamos en redondo a colaborar y quebrara el Estado, las consecuencias serían imprevisibles. Dejemos la ambición personal a un lado, o empleémosla para mejorar a la colectividad, a los que menos tienen.
Otro de los estamentos que habría que cambiar sería la Justicia. Los ladrones, defraudadores, los que adulteran, los que tienen varios cargos mientras otros no tienen ninguno, los que no pagan los servicios recibidos o productos comprados, economía sumergida… Todo este tipo de gente a los tribunales, y que éstos siendo independientes decidan.
Hay muchas estructuras del Estado que se deben cambiar. Menos administradores y directores o encargados y más trabajadores. De siempre se ha dicho en España que si hay un albañil trabajando en la calle, alrededor de él hay cinco mirándole y que alguno hasta se atreve a decirle como lo tiene que hacer. Con esta mentalidad no llegamos a ningún lado.
Otro cambio en el modo de ejercer el poder está en dar facilidades a los emprendedores, a los que quieren empezar un negocio por su cuenta. De siempre los ayuntamientos han puesto mil trabas y en los tiempos que corren hay que apoyar incluso al que quiere llevar a cabo su proyecto. Tiempo vendrá en el que se vuelva a usar de normativa a la hora de los permisos para abrir un negocio, permiso de reforma de una casa, construcción de una nave, etc. En otro tiempo el poder se usaba para exigir un cumplimiento estricto de la normativa, pero hoy hay que usar el poder para levantar la mano y que se genere riqueza. La situación no es para menos. No quiero decir que no se paguen las tasas y los correspondientes impuestos, sino ser más diligentes en las concesiones y allanar el camino en los requisitos. Lo que es igual: estimular la construcción y la creación de riqueza. Se me ocurre pensar: legalización de todas las casas de campo y de las viñas y animar a que se construyan más, haciendo la vida de los vecinos más placentera. A veces el sentimiento de la gente va por un lado y el de los políticos va por otro. A mucha gente no le importa pagar lo que sea necesario, lo que esta harta es de tantas prohibiciones.
Son miles de cosas las que tiene que cambiar este Gobierno y después vigilar para que esas nuevas leyes se ejecuten en los pueblos. Puede ocurrir que más de un alcalde haga oídos sordos a los cambios que vengan de arriba.
Lo que se tiene como una forma de fiel cumplimiento de la ley, puede ser sólo una excusa para dejar claro quien tiene el poder. Pero en esta circunstancia tan dramática, los alcaldes con su autoridad y competencia, pueden ayudar a que la economía del municipio prospere; tiempo vendrá en que se recurra de nuevo a esas formas tan encorsetadas, si tiene que ser así.
No olvidemos que la construcción es el motor de la economía. Cuando la construcción se mueve, un buen número de profesionales y negocios se activan y empieza a fluir el dinero tan necesario para vivir. No se le puede llamar a la construcción un nido de especuladores. Esa no es la forma de luchar contra la especulación. Criticar la burbuja y poner el cazo es contradictorio. La misión del Gobierno no es contemplar impasible como se separa el precio de la vivienda del sueldo base, aunque se parchee alargando el plazo de la hipoteca. La gente un día se da cuenta y pasa lo que ha pasado. Tampoco es de recibo ver como se infla la burbuja y no hacer nada, y cuando explota y empiezan a quitarles las viviendas a los que no pueden pagar la hipoteca, mirar para otro lado. Eso es inaceptable; como también lo es crear la cultura del crédito, y hoy como algunos no lo devuelven, nos cierran el grifo a todos. Los banqueros, como otros negocios, deben estar sujetos a un comportamiento deontológico y no hacer lo que les venga en gana en función de sus intereses.
Lo enunciado es algo de lo mucho más que se puede hacer, y como dije antes: “Si todos asumimos la gravedad del momento y apoyamos económicamente de esta situación se sale”
Diego Caballero
12-1-12