Archivo de diciembre de 2011

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 25 de diciembre de 2011

25 de Diciembre 2011 – Domingo

 

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

 

Mundo: Navidad para el mundo es tiempo de disfrutar las “vacaciones de invierno”: olvida lo principal.

 

Fe: Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un salvador: el Mesías, el Señor.

 

MISA DE MEDIANOCHE 

 

Is 9, 1-3.5-6: Un niño nos ha nacido.
 

Sal 95, 1-3.11-13: Hoy nos ha nacido un salvador: El Mesías, el Señor.

 

Tt 2, 11-14: Ha aparecido la gracia de Dios para todos los hombres.

                                                                                                                                         

Lucas 2, 1-14: Salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belen, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba en cinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenía sitio en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turnos su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial que alababa a Dios diciendo: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

 

25 de Diciembre 2011 – Domingo

 

MISA DEL DÍA

 

Is 52, 7-10: ¡Qué hermoso son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: ¡Tu Dios es Rey!. Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el señor consuela a su pueblo,  rescata a Jerusalén: el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.

 

Sal 97, 1-6: Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

 

Hb 1, 1-6: En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo. Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado? O: ¿Yo seré para él un Padre y él será para mí un Hijo?. Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.

 

Juan 1, 1-18: En el principio ya existía la palabra, y la palabra estaba junto a Dios, y la palabra era Dios. La palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la palabra se hizo carne y acampó entre nosotros y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: Éste es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo”. Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

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sábado, 24 de diciembre de 2011

24 de Diciembre 2011 – Sábado

 

Mundo: En esta Navidad nos visitará el sol que ilumina a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte ¡Que nadie se quede en la oscuridad de su noche!

 

Fe: Mañana nos visitará el sol que nace de lo alto.

 

Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus  santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancado de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

 

2S  7, 1-5.8b-12.14a.16; Sal 88, 2-5.27.29 . Lucas 1, 67-79

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viernes, 23 de diciembre de 2011

23 de Diciembre 2011 – Viernes

 

Mundo: Lo primero que hizo Zacarías al recobrar el habla fue bendecir a Dios. ¿Cuándo dirán cosas buenas de Dios quienes no creen en él?

 

Fe: ¿Qué va a ser este niño (Juan)? Porque la mano del Señor estaba con él.

 

A Isabel se le cumplió el tiempo de parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: ¡No! Se va a llamar Juan. Le replicaron: Ninguno de tus parientes se llama así. Entonces preguntaba por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: ¿Qué va a ser este niño?. Porque la mano del Señor estaba con él.

 

Mi  3, 1-4.23-24; Sal 24, 4-5.8-10.14 . Lucas 1, 57-66

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jueves, 22 de diciembre de 2011

22 de Diciembre 2011 – Jueves

 

Mundo: Dios dispersa a los soberbios de corazón y derriba a los poderosos: lo dice la virgen, pensando en sus hijos dispersos.

 

Fe: Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es Santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa. 

 

Is  1, 24-28; Sal Is 2, 1-7 . Lucas 1, 46-56

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miércoles, 21 de diciembre de 2011

21 de Diciembre 2011 – Miércoles

 

Mundo: María fue y es dichosa porque se fió de Dios: puede ser el camino de la felicidad de los que viven sin Dios.

 

Fe: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¡Dichosa tú que has creído!

 

Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

 

Ct  2, 8-14; Sal 32, 2-3.11-12.20-21 . Lucas 1, 39-45

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martes, 20 de diciembre de 2011

20 de Diciembre 2011 – Martes

 

Mundo: Para Dios nada hay imposible: tampoco la salvación de quienes están alejados de Dios o contra la Iglesia, si ellos quieren.

 

Fe: El Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.

 

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba que saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María le dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón? El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María contestó: Aquí esta la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel.

 

Is  7, 10-14; Sal 23, 1-6 . Lucas 1, 26-38

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lunes, 19 de diciembre de 2011

19 de Diciembre 2011 – Lunes

 

Mundo: Zacarías, padre de Juan, duda de la promesa de Dios: mejor que la indiferencia son las dudas, abiertas a una aclaración.

 

Fe: No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado.

 

En tiempo de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del señor, con el Espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia lo hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto. Zacarías replicó al ángel: ¿Cómo estaré seguro de eso? porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada. Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedaras mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento. El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres.

 

           Jc  13, 2-7.24-25a; Sal 70, 3-6.16-17 . Lucas 1, 5-25

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domingo, 18 de diciembre de 2011

18 de Diciembre 2011 – Domingo

 

Mundo: Se acerca la Navidad: No son las vacaciones de invierno, ni la fiesta de la familia: es el Nacimiento de Cristo, Dios que se hace hombre para salvarnos.

 

Fe: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 

 

2S 7, 1-5.8b-12.14a.16: Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: Mira: yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda. Natán respondió al rey: ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo. Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: Ve y dile a mi siervo David: ¿Eres tu quien va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saque de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malhechores lo aflijan como antes, desde el día que nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, te haré grande y te daré una dinastía. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas y consolidaré el trono de su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí Hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mí presencia y tu trono durará por siempre.
 

Sal 88, 2-5.27.29: Cantaré eternamente la misericordia del Señor.

 

Rm 16, 25-27: Al que puede fortalecernos según el evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo, revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en la Sagrada Escritura, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios, único sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos amén. 

                                                                                                                                         

Lucas 1, 26-38: A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba que saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María le dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón? El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María contestó: Aquí esta la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel.

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sábado, 17 de diciembre de 2011

17 de Diciembre 2011 – Sábado

 

Mundo: Para quienes solo vale la razón, ahí está el testimonio de la historia: Cristo proviene humanamente de Abrahán. Desde siempre es Dios.

 

Fe: Cristo es hijo de Abrahán: los cristianos, también.

 

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Arám, Arám a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasóm a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesed, Jesed engendró a David, el rey. David, el rey de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboan, Roboan a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Jorám, Jorám a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequias, Ezequias engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Geconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro de Babilonia, Geconías engendró a Saratiel, Saratiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoz, Sadoz a Aquím, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el Esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

 

           Gn  49, 2.8-10; Sal 71, 1-8.17 . Mateo 1, 1-17

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viernes, 16 de diciembre de 2011

16 de Diciembre 2011 – Viernes

 

Mundo: Si digo esto es para que vosotros os salvéis: la palabra de Cristo salva a todo el que quiere escucharla.

 

Fe: Las obras que el Padre me ha concedido realizar dan testimonio de mí.

 

Dijo Jesús a los judíos: Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio a la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan este testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.  

 

Is  56, 1-3a.6-8; Sal 66, 2-3.5.7-8 . Juan 5, 33-36