Archivo de noviembre de 2011

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 10 de noviembre de 2011

10 de Noviembre 2011 – Jueves

 

Mundo: Cristo tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación. ¡Pero hay del que lo repruebe!

 

Fe: El reino de Dios está dentro de vosotros. El cristiano es templo de Dios.

 

A unos fariseos que le preguntaban cuando iba a llegar el reino de Dios, Jesús les contestó: El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros. Dijo a sus discípulos: Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del Hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí, no vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.

 Sb  7, 22-8, 1; Sal 118, 89-91.130.135.175 . Lucas 17, 20-25

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 9 de noviembre de 2011

9 de Noviembre 2011 – Miércoles

 

Mundo: Cristo abre su casa, la Iglesia, a todo el que quiera adorar a Dios, no otra actividad.

 

Fe: “Vosotros sois el templo de Dios”, dice Pablo. Por eso, no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.

 

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas los esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: El celo de tu casa me devora. Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: ¿Qué signos nos muestras para obrar así?. Jesús contestó: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Los judíos replicaron: Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días? Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

 Ez  47, 1-2.8-9; Sal 45, 2-9 . Lucas 2, 13-22

Lectura diaria de la Biblia

martes, 8 de noviembre de 2011

8 de Noviembre 2011 – Martes

 

Mundo: Servir a Dios es reinar: si algunos lo supieran, aceptarían el único servicio que aumenta la libertad.

 

Fe: Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.

 

Dijo el Señor: Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”? ¿No le diréis: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.

Sb  2, 23-3, 9; Sal 33, 2-3.16-19 . Lucas 17, 7-10

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lunes, 7 de noviembre de 2011

7 de Noviembre 2011 – Lunes

 

Mundo: Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le arrojasen al mar: perjudicar a un niño es horrendo.

 

Fe: El cristiano ha de perdonar siempre: setenta veces siete. ¡Señor, auméntanos la fe!

 

Jesús dijo a sus discípulos: Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “lo siento”, lo perdonarás. Los apóstoles le pidieron al Señor: Auméntanos la fe. El Señor contestó: Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”. Y os obedecería.

Sb  1, 1-7; Sal 138, 1-3.6-10 . Lucas 17, 1-6

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domingo, 6 de noviembre de 2011

6 de Noviembre 2011 – Domingo

 

Mundo: No creer que hay algo después de la muerte es un triunfo del demonio sobre los incautos: pero les queda vida para conocer la verdad.

 

Fe: Velad, porque no sabéis el día ni la hora.

 

Sb 6, 12-16: Radiante e inmarcesible es la sabiduría; fácilmente la ven los que la aman y la encuentran los que la buscan. Se anticipa a darse a conocer a los que la desean. Quien temprano la busca no se fatigará, pues a su puerta la hallará sentada. Pensar en ella es prudencia consumada, y quien vela por ella pronto se verá sin afanes. Ella misma busca por todas partes a los que son dignos de ella; en los caminos se les muestra benévola y les sale al encuentro en todos sus pensamientos.
 

Sal 62, 2-8: Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

 

1Ts 4, 13-18: No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a los que han muerto en Jesús, Dios los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para su venida, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.    

                                            

Mateo 25, 1-13: Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El reino de los cielos se perecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A media noche se oyó una voz: ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo! Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas. Pero las sensatas contestaron: Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis. Mientras iban a comprarlo llegó el esposo y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: Señor, señor, ábrenos. Pero él respondió: Os lo aseguro: no os conozco. Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.

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sábado, 5 de noviembre de 2011

5 de Noviembre 2011 – Sábado

 

Mundo: Vosotros presumís delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro: ve vuestro corazón y quiere ser vuestro amigo.

 

Fe: No podéis servir a Dios y al dinero, el ídolo que quiere ocupar el lugar de Dios.

 

Decía Jesús a sus discípulos: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Oyeron esto los fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él. Jesús les dijo: Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta.   

Rm  16, 3-9.16.22-27; Sal 144, 2-5.10-11 . Lucas 16, 9-15

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viernes, 4 de noviembre de 2011

4 de Noviembre 2011 – Viernes

 

Mundo: Cristo felicita al administrador infiel por su astucia mundana. ¿Y si la hubiera empleado para hacer el bien?

 

Fe: Los hijos de la luz no pueden dejarse ganar por la astucia de los hijos de este mundo.

 

Dijo Jesús a sus discípulos: Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido”. El administrador se puso a echar sus cálculos: “¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?”. Éste respondió: “Cien barriles de aceite”. Él le dijo: “Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. Luego dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?”. Él respondió: “Cien fanegas de trigo”. Le dijo: “Aquí está tu recibo, escribe ochenta”. Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.

Rm  15, 14-21; Sal 97, 1-4 . Lucas 16, 1-8

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jueves, 3 de noviembre de 2011

3 de Noviembre 2011 – Jueves

 

Mundo: Habrá más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

 

Fe: En el entorno de todo cristiano hay ovejas perdidas: el cristiano ha de invitarlas a acercarse a Jesús.

 

Solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: Ése acoge a los pecadores y come con ellos. Jesús les dijo esta parábola: Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una,  ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.

Rm  14, 7-12; Sal 26, 1.4.13-14 . Lucas 15, 1-10

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miércoles, 2 de noviembre de 2011

2 de Noviembre 2011 – Miércoles

 

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

 

Mundo: En la casa de mi Padre hay muchas estancias: y allí caben también los alejados.

 

Fe: Yo soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.

 

Dijo Jesús a sus discípulos: Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; sino fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis el camino. Tomás le dice: Señor, no sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el camino?. Jesús le responde: Yo soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.

Lm  3, 17-26; Sal 129, 1-8; Rm 6, 3-9 . Juan 14, 1-6

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martes, 1 de noviembre de 2011

1 de Noviembre 2011 – Martes

 

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

 

Mundo: Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien por mi causa… ¿Quién insulta, persigue y calumnia a los discípulos de Cristo?

 

Fe: Los que en vida fueron pobres, misericordiosos, limpios de corazón, perseguidos… son ya plenamente dichosos: son santos.  

 

Ap 7, 2-4.9-14: Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles: No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios. Oí también el número de los macados, ciento cuarenta y cuatro mil de todas las tribus de Israel. Después de esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar. De toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz potente: ¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!. Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios, diciendo: Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén. Y uno de los ancianos me dijo: Esos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de donde han venido?. Yo le respondí: Señor mío, tú lo sabrás. El me respondió: Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero.
 

Sal 23, 1-6: Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

 

1Jn 3, 1-3: Mirad que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.

                                            

Mateo 5, 1-12a: Al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.