Archivo de julio de 2011

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 2 de julio de 2011

2 de Julio 2011 –Sábado

 

Mundo: Dios, obediente a los hombres: ¿cómo hay hombres que se enfrentan a Dios o lo desprecian?

 

Fe: María conservaba todo esto en su corazón.

 

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban admirados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados. Él les contestó: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?. Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. 

 

Gn 27, 1-5.15-29; Sal 114, 1-6 . Lucas 2, 41-51

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 1 de julio de 2011

1 de Julio 2011 –Viernes

 

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 

Mundo: Todos los hombres, por alejados que estén, caben en el corazón de Cristo, cuando dejan de ser los sabios y entendidos.

 

Fe: Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.

 

Jesús exclamó: Te doy gracias Padre, Señor de cielos y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

 

Dt 7, 6-11; Sal 102, 1-10; 1 Jn 4, 7-16 . Mateo 11, 25-30