Archivo de marzo de 2010

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 13 de marzo de 2010

13 de marzo 2010 – Sábado

 

Mundo: Fariseos despectivos sigue habiendo hoy: los que ridiculizan al cristianismo.

 

Fe: La humildad, que no rechaza el desprecio, es el fundamento de la vida cristiana.

 

A algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: Dos hombre subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”. Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

 

Os 6, 1-6; Sal 50, 3-4.18.21 . Lucas 18, 9-14 

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 12 de marzo de 2010

12 de marzo 2010 – Viernes

 

Mundo: ¡Qué poco importan al mundo los mandamientos de Dios! Se bastan ellos mismos, que se creen dioses.

 

Fe: Nada hay tan importante en nuestra vida como amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a nosotros mismos.

 

Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: ¿Qué mandamiento es el primero de todos?. Respondió Jesús: El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos. El escriba replicó: Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento, y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

 

Os 14, 2-10; Sal 80, 6-11.14.17 . Marcos 12, 28b-34 

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 11 de marzo de 2010

11 de marzo 2010 – Jueves

 

Mundo: O con Cristo o contra Cristo: los insensatos del mundo están contra Cristo, contra la vida.

 

Fe: El cristiano sabe la mejor opción, la única razonable, es estar, vivir y trabajar con Cristo.

 

Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: Si echa los demonios es por arte de Belcebú, el príncipe de los demonios. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belcebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belcebú, vuestros hijos, ¿por arte de quien los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.

 

Jr 7, 23-28; Sal 94, 1-2.6-9 . Lucas 11, 14-23 

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 10 de marzo de 2010

10 de marzo 2010 – Miércoles

 

Mundo: Mofarse de la ley de Dios, y arrastrar a otros, es propio de los necios del mundo.

 

Fe: Los mandatos del Señor son la expresión de la voluntad salvadora de Dios, que quiere lo mejor para sus hijos.

 

Dijo Jesús a sus discípulos: No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. Él que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien lo cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.

 

Dt 4, 1.5-9; Sal 147, 12-16.19-20 . Mateo 5, 17-19 

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martes, 9 de marzo de 2010

9 de marzo 2010 – Martes

 

Mundo: En el diccionario del mundo orgulloso no está la palabra perdón. ¡Qué bien lo refleja la parábola!

 

Fe: Rezamos el Padrenuestro y pedimos a Dios perdón, con una condición: Como nosotros perdonamos…

 

Se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: Señor, si mi hermano me ofende, ¿Cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces? Jesús le contesta: no te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo”. El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: “Págame lo que me debes”. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.  

 

Dn 3, 25.34-43; Sal 24, 4-9 . Mateo 18, 21-35

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 8 de marzo de 2010

8 de marzo 2010 – Lunes

 

Mundo: Los reproches de Cristo son para que sus paisanos reconozcan su error; pero la soberbia del mundo no cree que Dios pueda enderezar la viva.

 

Fe: Por más que Cristo sea uno de nosotros, cercano a nuestra vida, lo aceptamos como nuestro Señor y nuestro Dios.

 

Dijo Jesús al pueblo en la sinagoga de Nazaret: Os aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempo de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Serepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio. Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

 

2R 5, 1-15a; Sal 41, 2-3; 42, 3-4 . Lucas 4, 24-30 

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 7 de marzo de 2010

7 de Marzo 2010 – Domingo

Mundo: Por duro que parezca, si el mundo no se convierte, perecerá con todos los suyos.

Fe: Jesús nos llama a conversión: no somos mejores que los demás, pero tenemos la fe: él nos ama y nos salva.

DÍA DE HISPANOAMÉRICA

Ex 3, 1-8a.13-15: Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Getró, sacerdote de Madián;  llevó el rebaño transhumando por el desierto hasta llegar a Oreb, el monte de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre la zarza. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se dijo: Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza. Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: Moisés, Moisés. Respondió él: Aquí estoy. Dijo Dios: No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado. Y añadió: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob. Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios. El Señor le dijo: He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel. Moisés replicó a Dios: Mira, yo iré a los israelitas y les diré: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntan cómo se llama este Dios, ¿qué le respondo?. Dios dijo a Moisés: Soy el que soy. Esto dirás a los israelitas: Yo soy, me envía a vosotros. Dios añadió: Esto dirás a los israelitas: YAHVÉ, Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación.

Sal 102, 1-8.11: El Señor es compasivo y misericordioso.

1Co 10, 1-6.10-12: No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que les seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo hicieron nuestros padres. No protestéis como protestaron algunos de ellos, y perecieron a manos del exterminador. Todo esto les sucedía como un ejemplo: y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado! no caiga.  

Lucas 13, 1-9: Se presentaron  algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilatos con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera. Y les dijo esta parábola: Uno tenía una higuera plantada en su viña y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto a esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?. Pero el viñador contestó: “Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, haber si da fruto. Si no, el año que viene la cortas”.  

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 6 de marzo de 2010

6 de marzo 2010 – Sábado

 

Mundo: Dejar la iglesia en un mal momento lo hace cualquiera: permanecer fuera y contra ella es huir de la salvación.

 

Fe: El cristiano no es el hijo mayor envidioso que no disfruta del amor de su padre, sino el que, aunque se marche, sabe volver a los brazos del padre.

 

Solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: Ése acoge a los pecadores y come con ellos. Jesús les dijo esta parábola: Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: Padre, “dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de saciarse de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuantos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino a donde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado”. Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y, llamando a uno de los mozos, le preguntó que pasaba. Éste le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirle. Y él replicó a su padre: “Mira: En tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus vienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”. El padre le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado”.

 

Mi 7, 14-15.18-20; Sal 102, 1-4.9-12 . Lucas 15, 1-3.11-32 

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 5 de marzo de 2010

5 de marzo 2010 – Viernes

 

Mundo: Ya lo había previsto Jesús: su muerte, en manos del mundo, y la persecución del mundo a sus discípulos, aunque se dediquen a hacer el bien.

 

Fe: No somos labradores propietarios: Dios nos ha arrendado su viña para que trabajemos en ella.

 

Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: “Tendrán respeto a mi hijo”. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: “Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia”. Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿Qué hará con aquellos labradores?. Le contestaron: Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a su tiempo. Y Jesús les dice: ¿No habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de los cielos y se dará a un pueblo que produzca sus frutos. Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente que lo tenía por profeta.

 

Gn 37, 3-4.12-13a.17b-28; Sal 104, 16-21 . Mateo 21, 33-43.45-46 

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 4 de marzo de 2010

4 de marzo 2010 – Jueves

 

Mundo: El mundo cree que la vida acaba aquí y nos invita a disfrutarla, sin pensar en la otra vida.

 

Fe: Las injusticias y desigualdades de este mundo necesitan que la justicia divina premie a los oprimidos y castigue a los opresores.

 

Dijo Jesús a los fariseos: Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba  espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Habrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Habrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: “Padre Habrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”. Pero Habrahán le contestó: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros”. El rico insistió: “Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento”. Habrahán le dice: “Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen”. El rico contestó: “No, padre Habrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán”. Habrahán le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto”.

 

Jr 17, 5-10; Sal 1, 1-6 . Lucas 16, 19-31