Archivo de noviembre de 2008

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 10 de noviembre de 2008

10 de noviembre 2008 – Lunes

       

       Si siete veces en un día vuelve a decirte: Lo siento, lo perdonarás

                                                                                                                                         
Dijo Jesús a sus discípulos: Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “Lo siento”, lo perdonarás. Los apóstoles le pidieron al Señor: Auméntanos la fe. El Señor contestó: Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “arráncate de raíz y plántate en el mar”. Y os obedecería.    

 

Tt 1, 1–9; Sal 23, 1-6 . Lucas 17, 1-6

Lectura diaria de la Biblia

domingo, 9 de noviembre de 2008

9 de noviembre 2008 – Domingo

    FIESTA DE LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN


Ez 47, 1-2.8-9.12: El ángel me hizo volver a la entrada del templo. Del zaguán del templo manaba agua hacia levante –el templo miraba a levante-. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar. Me sacó por la puerta septentrional y me llevó a la puerta exterior que mira a levante. El agua iba corriendo por el lado derecho. Me dijo: Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarán hasta la estepa, desembocarán en el mar de las aguas salobres, y lo sanearán. Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboque la corriente, tendrán vida; y habrá peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas, quedará saneado el mar y habrá vida donde quiera que llegue la corriente. A la vera del río, en sus dos riberas, crecerán toda clase de frutales; no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales.   

Sal 45, 2-9: El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios.

1Co 3, 9c-11.16-17: Sois edificio de Dios. Conforme al don que Dios me ha dado, yo como hábil arquitecto, coloqué el cimiento, otro levanta el edificio. Mire cada uno cómo construye. Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo. ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros.

Juan 2, 13-22: Se acercaba la pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: El celo de tu casa me devora. Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: ¿Qué signo nos muestras para obrar así? Jesús contestó: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Los judíos replicaron: Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días? Pero el hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la escritura y a la palabra que había dicho Jesús.   

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 8 de noviembre de 2008

8 de noviembre 2008 – Sábado

       

                                            No podéis servir a Dios y al dinero

                                                                                                                                         
Decía Jesús a sus discípulos: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quien os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará a otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Oyeron esto los fariseos amigos del dinero, y se burlaban de él. Jesús les dijo: Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta.  

 

Flp 4, 10–19; Sal 111, 1-2.5-9 . Lucas 16, 9-15

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 7 de noviembre de 2008

7 de noviembre 2008 – Viernes

       

                                        Los hijos de este mundo son más astutos

                                                                                                                                         
Dijo Jesús a sus discípulos: Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido”. El administrador se puso a echar sus cálculos: “¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya se lo que voy a hacer para que cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?” Éste respondió: “Cien barriles de aceite”. Él le dijo: “Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. Luego dijo a otro: “Y tú, ¿cuanto debes?” Él respondió: “Cien fanegas de trigo”. Le dijo: “Aquí está tu recibo, escribe ochenta”. Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.

 

Flp 3, 17 – 4, 1; Sal 121, 1-5 . Lucas 16, 1-8

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jueves, 6 de noviembre de 2008

6 de noviembre 2008 – Jueves

       

                                                  ¡He encontrado la oveja perdida!

                                                                                                                                         
Solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: Ése acoge a los pecadores y come con ellos. Jesús le dijo esta parábola: Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles “¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.

 

Flp 3, 3-8a; Sal 104, 2-7 . Lucas 15, 1-10

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miércoles, 5 de noviembre de 2008

5 de noviembre 2008 – Miércoles

       

                                          Renunciar a los bienes para ser discípulo

                                                                                                                                         
Mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Así ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar” ¿O que rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.

 

Flp 2, 12-18; Sal 26, 1.4. 13-14 . Lucas 14, 25-33

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martes, 4 de noviembre de 2008

4 de noviembre 2008 – Martes

       

                                                      Que entren y se llene la casa

                                                                                                                                         
Uno de los comensales dijo a Jesús: ¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios! Jesús le contestó: Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados: “Venid, que ya está preparado”. Pero ellos se excusaron uno tras otro. El primero le dijo: “He comprado un campo y tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor”. Otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor”. Otro dijo: “Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir”. El criado volvió a contárselo al amo. Entonces el dueño de casa, indignado, le dijo al criado: “Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”. El criado dijo: “Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio”. Entonces el amo le dijo:  “Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa”. Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete.

 

Flp 2, 5-11; Sal 21, 26-32 . Lucas 14, 15-24

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lunes, 3 de noviembre de 2008

3 de noviembre 2008 – Lunes

       

                                No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados

                                                                                                                                         
Dijo Jesús a uno de los principales fariseos que lo había invitado: Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.

Flp 2, 1-4; Sal 130, 1-3 . Lucas 14, 12-14

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domingo, 2 de noviembre de 2008

2 de noviembre 2008 – Domingo

   CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

Lm 3, 17-26: Me encuentro lejos de la paz, he olvidado la dicha. Me digo: ¡Ha fenecido mi vigor, y la esperanza que me venía del Señor! Recuerda mi miseria y mi vida errante: ¡todo es ajenjo y amargura! Mi espíritu lo recuerda, lo recuerda, y se unde dentro de mí. Pero hay algo que me viene a la memoria, algo que me da esperanza: Que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión; antes bien se renuevan cada mañana. ¡Qué grande es tu felicidad! El Señor es mi lote, me digo, y espero en él. El Señor es bueno para los que en él esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.  

Sal 129, 1-8: Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿Quién podrá resistir?

Rm 6, 3-9: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo fue despertado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Porque si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya. Comprendemos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores y nosotros libres de la esclavitud del pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado. Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo una vez resucitado de entre los muertos, ya no se muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él.

Dijo Jesús a sus discípulos: Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi padre hay muchas estancias; si no fuese así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando yo vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y a donde yo voy ya sabéis el camino. Tomás le dice: Señor, no sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el camino? Jesús le responde: Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.

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sábado, 1 de noviembre de 2008

1 de noviembre 2008 – Sábado

       

                                 SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

                                                                                                                                         
Al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

 Ap 7, 2-4.9-14; Sal 23, 1-6; 1jn 3, 1-3 . Mateo 5, 1-12a