Archivo de octubre de 2008

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 11 de octubre de 2008

11 de octubre 2008 – Sábado

       

                                                      Dichosos los que escuchan la palabra

                                                                                                                                         
Mientras Jesús hablaba a las gentes una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron. Pero él repuso: mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.

 

Ga 3, 22-29; Sal 104, 2-7 . Lucas 11, 27-28

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 10 de octubre de 2008

10 de octubre 2008 – Viernes

       

                                                      El reino de Dios ha llegado a vosotros

                                                                                                                                         
Habiendo echado Jesús un demonio, alguno de entre la multitud dijeron: Si echa los demonios es por arte de Belcebú, el príncipe de los demonios. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿Cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belcebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belcebú, vuestros hijos, ¿por arte de quien los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: “Volveré a la casa de donde salí”. Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a traer otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio.

 

Ga 3, 7-14; Sal 110, 1-6 . Lucas 11, 15-26

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 9 de octubre de 2008

9 de octubre 2008 – Jueves

       

                                                                     Pedid y se os dará

                                                                                                                                         
Dijo Jesús a los discípulos: Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle” Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos” Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?. Si vosotros, pues,  que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,  ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

 

Ga 3, 1-5; Sal Lc 1, 69-75 . Lucas 11, 5-13

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 8 de octubre de 2008

8 de octubre 2008 – Miércoles

       

                                                               Señor, enséñanos a orar

                                                                                                                                         
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos. Él les dijo: cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados,  porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación”

Ga 2, 1-2.7-14; Sal 116, 1-2 . Lucas 11, 1-4

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martes, 7 de octubre de 2008

7 de octubre 2008 – Martes

       

                                          Nuestra Señora la Virgen del Rosario

                                                                                                                                         
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José de la estirpe de David: la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco a barón? El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va ha nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María contestó: Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel.      

 

Hch 1, 12-14; Sal Lc 1, 46-55 . Lucas 1, 26-38

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lunes, 6 de octubre de 2008

6 de octubre 2008 – Lunes

       

         TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS Y DE  PETICIÓN

                                                                                                                                         
Dijo Jesús a sus discípulos: Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; Y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡Cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!

Dt 8, 7-18; Sal 1Cro 29, 10-12; 2Co 5, 17-21 . Mateo 7, 7-11

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domingo, 5 de octubre de 2008

5 de octubre 2008 – Domingo

 

Is 5,1-7: Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña. Mi amigo tenía una viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones. Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña. ¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? ¿Porqué, esperando que diera uvas, dio agrazones? Pues ahora os diré a vosotros lo que voy hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su tapia para que la pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos, prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella. La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.

  

Sal 79, 9, 12-16. 19-20: La viña del Señor es la casa de Israel.

 

Flp 4, 6-9: Nada os preocupe; sino que en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable; todo lo que es virtud o mérito tenerlo en cuenta. Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, ponerlo por obra. Y el Dios de la paz estará con vosotros.

 

Mateo 21, 33–43: Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo: Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores para recibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: “Tendrán respeto a mi hijo”. Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: “Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia”. Y agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿Qué hará con aquellos labradores? Le contestaron: Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo. Y Jesús les dice: ¿No habéis leído nunca en la escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el Reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.

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sábado, 4 de octubre de 2008

4 de octubre 2008 – Sábado

       

                                                 Lo has revelado  a la gente sencilla

                                                                                                                                         
 

Los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre. Él les contestó: Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están escritos en el cielo. En aquel momento lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó: Te doy gracias,  Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar. Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: ¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

 

Jb 42, 1-3.5-6. 12-16; Sal 118, 66.71.75.91.125.130 . Lucas 10, 17-24

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viernes, 3 de octubre de 2008

3 de octubre 2008 – Viernes

       

                       Quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado

                                                                                                                                         
 

Jesús dijo: ¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado.

 

Jb 38, 1.12-21; 40, 3-5; Sal 138, 1-3.7-14 . Lucas 10, 13-16

Lectura diaria de la Biblia

jueves, 2 de octubre de 2008

2 de octubre 2008 – Jueves

       

                                              SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS

                                                                                                                                         
 

En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Quién es el más importante en el reino de los cielos? Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:  Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.

 

Ex 23, 20-23; Sal 90, 1-6. 10-11 . Mateo 18, 1-5.10