Archivo de octubre de 2008

Lectura diaria de la Biblia

viernes, 31 de octubre de 2008

31 de octubre 2008 – Viernes

       

                                                    ¿Es lícito curar los sábados o no?

                                                                                                                                         
Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Se encontró delante un hombre enfermo de hidropesía y, dirigiéndose a los maestros de la ley y fariseos, preguntó: ¿Es lícito curar los sábados, o no?. Ellos se quedaron callados. Jesús tocando al enfermo lo curó y lo despidió. Y a ellos les dijo: Si a uno de vosotros se le cae al pozo el hijo o el buey, ¿no lo saca enseguida, aunque sea sábado?. Y se quedaron sin respuesta.

 

Flp 1, 1-11; Sal 110, 1-6 . Lucas 14, 1-6

Lectura diaria de la Biblia

miércoles, 29 de octubre de 2008

30 de octubre 2008 – Jueves

       

                             No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén

                                                                                                                                         
En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte. Él contestó: Id  a decirle a ese zorro: “Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término”. Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía. Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: “Bendito el que viene en nombre del Señor”.

 

Ef 6, 10–20; Sal 143, 1-2.9-10 . Lucas 13, 31-35

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miércoles, 29 de octubre de 2008

29 de octubre 2008 – Miércoles

       

                                                          Entrar por la puerta estrecha

                                                                                                                                         
Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: Señor, ¿Serán pocos los que se salven? Jesús le dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: “Señor, ábrenos”; y él os replicará: “No se quienes sois”. Entonces comenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas”. Pero él os replicará: “No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados”. Entonces será el llanto y rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahan, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.

 

Ef 6, 1–9; Sal 144, 10-14 . Lucas 13, 22-30

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martes, 28 de octubre de 2008

28 de octubre 2008 – Martes

       

   FIESTA DE SAN SIMÓN Y SAN JUDAS TADEO, APÓSTOLES

                                                                                                                                         
Subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apoderado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

 

Ef 2, 19–22; Sal 18, 2-5 . Lucas 6 12-19

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lunes, 27 de octubre de 2008

27 de octubre 2008 – Lunes

       

                                             Mujer, quedas libre de tu enfermedad

                                                                                                                                         
Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: Seis días tenéis para trabajar; venid esos días a que os curen, y no los sábados. Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro y lo lleva abrevar, aunque sea sábado? Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado? A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.    

 

Ef 4, 32 – 5, 8; Sal 1, 1-6 . Lucas 13, 10-17

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domingo, 26 de octubre de 2008

26 de octubre 2008 – Domingo

 

Ex 22, 20-26: Así dice el Señor: No oprimirás ni vejarás al forastero porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque si los explotas y ellos gritan a mí yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir a espada, dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros hijos huérfanos. Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, y ¿dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.   

 

Sal 17, 2-4.47.51: Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.

 

1Ts 1, 5c-10: Sabéis cual fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra entre tanta lucha con alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Desde vuestra comunidad, la palabra del Señor a resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes; vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la visita que os hicimos: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su hijo Jesús desde el cielo, a quien a resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.

 

Mateo 22, 34-40: Los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿Cuál es el mandamiento principal de la ley? Él le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estos dos mandamientos sostienen la ley entera y los profetas.

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sábado, 25 de octubre de 2008

25 de octubre 2008 – Sábado

       

                                             Si no os convertís, todos pereceréis

                                                                                                                                         
En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera. Y les dijo esta parábola: Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto a esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para que va a ocupar terreno en balde?” “ Pero el viñador contestó” “Señor, déjala todavía este año; yo cabaré alrededor y le echaré estiércol, haber si da fruto. Si no, la cortas”.

 

Ef 4, 7-16; Sal 121, 1-5 . Lucas 13, 1-9

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viernes, 24 de octubre de 2008

24 de octubre 2008 – Viernes

       

                                             ¿No sabéis juzgar lo que se debe hacer?

                                                                                                                                         
Decía Jesús a la gente: Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: “Chaparrón tenemos”,  y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: “Va a hacer bochorno”, y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.

 

Ef 4, 1-6; Sal 23, 1-6 . Lucas 12, 54-59

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jueves, 23 de octubre de 2008

23 de octubre 2008 – Jueves

       

                                             No he venido a traer paz, sino división

                                                                                                                                         
Dijo Jesús a sus discípulos: He venido a prender fuego en el mundo, ¡Y ojalá estuviera ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡Y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.

 

Ef 3, 14-21; Sal 32, 1-5. 11-12. 18-19 . Lucas 12, 49-53

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miércoles, 22 de octubre de 2008

22 de octubre 2008 – Miércoles

       

                                             Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá

                                                                                                                                         
Dijo Jesús a sus discípulos: Comprended que si supiera el dueño de la casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. Pedro le preguntó: Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos? El Señor le respondió: ¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que le reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.  

Ef 3, 2-12; Sal Is 12, 2-6 . Lucas 12, 39-48