Lectura diaria de la Biblia
16 de septiembre 2008 – Martes
A ti te lo digo: ¡Levántate!
Iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: No llores. Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: ¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate! El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.
1Co 12, 12-14.27-31a; Sal 99, 2-5 . Lucas 7, 11-17