Lectura diaria de la Biblia
19 de julio 2008 – Sábado
Mirad a mi siervo, mi predilecto
Los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre Él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones.
Ml 2, 1-5; Sal 9, 22-29. 35 . Mateo 12, 14-21